Aosta
Centro histórico
30 enero 2019 – 31 enero 2019

La Feria de Sant’Orso es, fundamentalmente, un gran evento popular y un himno a la creatividad y a la laboriosidad de los habitantes de la montaña.
Cada año, un millar de expositores de entre artistas y artesanos valdostanos presentan con gran orgullo y legítima satisfacción el fruto de su trabajo, que desarrollan a modo de afición o en calidad de actividad productiva propiamente dicha, preservando su más auténtico carácter artesanal.

Tienen cabida todas las categorías tradicionales: escultura y tallado en madera, elaboraciones en esteatita, en hierro forjado y en cuero, la confección del drap, una tela de lana tejida con antiguos telares de madera, además de encajes, mimbres, artículos para la casa, escaleras de madera y barriles, entre otros.

No es el aspecto comercial lo que lleva a estos expositores a participar en la Feria, sino más bien el deseo de salir del taller para entablar un contacto directo con un público que sabe apreciar la calidad y la creatividad de su trabajo, fruto de tradiciones con raíces seculares. Del mismo modo, quienes se acercan a esta Feria no lo hacen únicamente para realizar una buena compra, que pueda resultarles útil para el día a día, o para adquirir un objeto de calidad para adornar su casa, sino más bien para “respirar” un ambiente único e irrepetible.

La Feria es también el momento en que se manifiestan las características propias de la identidad valdostana: no se trata únicamente de una gran “kermés” de excepcionales dimensiones, sino de la celebración de la pertenencia histórico-cultural de ese entorno. En las calles de la ciudad se celebra cada año un evento que exalta las cualidades del trabajo artesanal de esta región. Durante la Edad Media, la Feria se desarrollaba en el Burgo de Aosta, en el área que rodea la Colegiata llamada Sant’Orso. Cuenta la leyenda que todo comenzó justo enfrente de la Iglesia a la que el Santo, que vivió anteriormente al siglo IX, solía ir para distribuir entre los más pobres ropa y «sabot», una especie de zuecos de madera típicos de la región, que se exponen todavía hoy en la Feria.

En la actualidad, todo el centro de la ciudad participa en este evento, tanto dentro como junto a las murallas romanas.
La Feria, además de ofrecer música y folclore, resulta una ocasión ideal para degustar vinos y productos típicos con motivo de una fiesta popular propiamente dicha que, a su vez, alcanza su punto álgido en la «Veillà», la vigilia que abarca la noche del 30 al 31 de enero, con las calles iluminadas y repletas de gente hasta el amanecer.

La visita a la Feria de Sant’Orso es una experiencia única, inolvidable, que no se debe dejar pasar y digna de disfrutar con una intensa participación emotiva.